orale

miércoles, 22 de agosto de 2007

Fotos Ealy, para el recuerdo

Gracias a Ana María de Colombia tenemos otra secuencia de fotos de San Diego, con la banda sonora de Aterciopelados. Espero que active el álbum de cada una de sus memorias de manera positiva. Salud por los buenos tiempos y porque Obed se haya reportado!!

jueves, 26 de julio de 2007

Una Jolla Compartida



Os invito gustosamente a checar el video que hizo nuestro querida Susana sobre las vivencias en San Diego. Toda una joya. Asimismo, exhorto a los productores de "Donación de Semen" a que suban el video. ¿Dónde están? ¿Dónde están? Los productores que lo iban a publicar!

martes, 24 de julio de 2007

Missing San Diego


Después de superar el trance de la migra en Miami. De correr con los tenis en las manos para que alcanzaran los 25 minutos de trasbordo a Los Ángeles. Luego de perder el avión a San Diego por estar comprando carteras. Y de bucearnos a Cosme de la Torriente cuando pisamos ese hermoso lugar, Evelyn y yo llegamos desde Venezuela hasta Earth Hall South en UCSD.


Casi le tumbamos la puerta a Teo porque las llaves no abrían, guey, y yo dormí en un cuarto que no era mío (era de Ana María finalmente).


Llegaron las conferencias, unas más amenas que otras. Y el conocimiento circunstancial de cada cuál. Algunos más tímidos, otros más abiertos de entrada, todos con un pedazo de planeta distinto en el bolsillo que fue floreciendo de a poco y con mucho afán.

Así comenzaron las amistades, las complicidades, las confesiones, el shopping, los almuerzos, Ventanas, las copas…

Unas cervezas con Ana María, Carmen, Patricia, Marcela y el vino de Evelyn inauguraron la jornada etílica en Seaport Village.

Este gringuete también nos animó la jornada.


Allí aprendimos que es “tener el hacha en la frente”; lo que en Venezuela es un “barranco” (una noche de copas una noche loca) y lo que para las colombianas es un “tinieblo” (Según Carmen, una presencia difusa, nocturna y masculina)

¿Jefrey era demasiado altooo o yo muy chica?

¿Colombia le ganó al asiático en el baile?

¿Cómo estuvo el cóctel intercultural con los asiáticos del otro taller?

Los viajes del ómnibus…Cómo olvidarlos, cómo olvidarlos!!

Ya en el centro de La Jolla todos posamos para lentes distintos

Y este atardecer que nos regaló el cielo, con los colores de todas las banderas presentes, no es una postal. Fue captado desde mi humilde HP. La Jolla Inn con el cielo como protagonista.

El Centro de San Diego: Payless, el Horton Plaza (me dejó el bus y me llevó Jeffrey) y el embarcadero..Yo quiero un yatecito!!

Como los pinches cabrones no nos dejaron tomar fotos en Viva España! Y además la gringa nos mandaba a callar sólo por ser latinos (como ripostó sabiamente Rossana) un grupo de los cuates nos lanzamos al mexican bar…Recontrachévere el reventón!!
Cervezas mexicanas, guacamoles y un mesonero que estaba padrísimo, guey!! El latin dancer guy de la noche.

Obed nos sorprendió a todos cuando le pidió a los mariachis “México Lindo y Querido”…Los mexicanos y el resto nos contagiamos de las guitarras y pusimos a vibrar nuestras cuerdas vocales.

En la frontera la cosa se puso más reflexiva.

El gran muro, los carteles que reflejan la división y la mirada agachada de los deportados nos mostraron una parte del mundo que no es precisamente su mejor cara.

En Sunrise Buffet dormimos las penas. Y en el resto del outlet terminamos de apaciguarlas.

La visita a Pfizer con nuestras vestimenta científica quedó para la posteridad!

El Zoológico..Con el Oso Polar.

El teleférico que nos salió gratis.

Y las birras al descender

En el concierto de Rock se repitieron las chelas, la buena vibra y la buena compañía. Todo un lujo pertenecer a esto!

El desayuno frente al mar fue una nota.

La tibia mañana del sol omnisciente, con el banco a la orilla de la arena fue el lugar perfecto para la sesión de fotos.

Todo cálido en medio del frío de San Diego, cálido como el muelle y los científicos del Instituto de Oceanografía. La colección de peces, el laboratorio de bacterias, todo inmaculado en nuestras mentes como la imagen de lo posible y de lo que queremos para nuestros países.

El traductor, el traductor...¿Lo recuerdan chicas? Preferí omitir el detalle de su pantalón al toráx. Creo que nos gustaba más el rostro.


Ya de reventón todos compartimos como Dios manda y no hubo un muerto como bien temía Graciela por el desorden jejejeje.

La cara de Iván reflejaba la alegría del encuentro


En el BBQ el cerdo, el vino, las cervezas acompañaron la jornada del adiós.

La camaradería reinó hasta el final.

William, mi tocayo de apellido y yo, prometimos repartirnos las herencias cuando corresponda.

Pablo posó gentilmente para nuestra foto y sonrío como si en su sonrisa se resumiese “el espíritu de San Diego”, término acuñado por Julia y reiterado por Langarica.

Ventana se despide con su techo el sábado 21.

Evelyn y Patricia sonríen desde el transporte hacia el aeropuerto.

Y este avioncito gracias al cielo soportó el viaje de San Diego a Los Ángeles, a pesar del lloriqueo de dos de sus pasajeras.

La foto de despedida no podría ser otra que la del denominador común de nuestros picnics, desayunos, cenas de recibimiento y cualquier hora: La tristemente célebre cajita infeliz.

Se acabó el taller pero ahora empieza una rica coincidencia en la pasión por la amistad, en la pasión por la ciencia, en la pasión por el periodismo..Como diría el gran poeta venezolano Eugenio Montejo. Ojalá la tierra gire para acercarnos de nuevo.

Aquí les dejo los versos completos y la importante noción de que el cielo que nos reunió siempre fue una belleza...

¿Se me cuidan, eh? Se les quiere

La tierra giró para acercarnos (Eugenio Montejo-Venezuela)

La tierra giró para acercarnos,
giro sobre sí misma y en nosotros,
hasta juntarnos por fin en este sueño,
como fue escrito en el Simposio.

Pasaron noches, nieves y solsticios;
pasó el tiempo en minutos y milenios.
Una carreta que iba para Nínive
llegó a Nebraska.

Un gallo cantó lejos del mundo,
en la previda a menos mil de nuestros padres.

La tierra giró musicalmente
llevándonos a bordo;
no cesó de girar un solo instante,
como si tanto amor, tanto milagro
sólo fuera un adagio hace mucho ya escrito
entre las partituras del Simposio.